Franco Gabriel Hernández / AIPIN
La María, Piendamó. Los comunicadores indígenas proponen que para comunicar, hay que vivir lo que se va a decir. “Puedo no tener el micrófono o apagar la cámara pero no puedo apagar la experiencia de lo que voy a comunicar, entonces el acto de comunicar es un acto de vida” fue una de las expresiones de uno de los círculos de conversación abiertos dentro de la Cumbre.
En esos mismos círculos de conversación, fue expresado que los mayores, en el lenguaje local o ancianos y sabios en el lenguaje más conocido en México, todavía no tienen confianza con los medios. Se tiene que trabajar mucho para poder crear juntos texto de vida.
El mejor alfabeto no salva la lengua porque el alfabeto sólo existe si existe la lengua, es posterior a la lengua. “Antes de pensar en escribir pensemos en fortalecer la oralidad y de aquí el valor de la radio y de los videos en lengua indígena” dijo el señor Adonías Perdomo, del pueblo Nasa de Colombia.
Fue resaltada la importancia de los medios de comunicación indígenas ahora apropiados, como radio, televisión y cine, para crear la memoria colectiva, para guardar la sabiduría de los mayores.
Otro de los problemas abordados fue el asunto de la tecnología. La Cumbre debe plantear una posición señala Martha Orozco, Quechua Aymara, del Qollasuyu, Bolivia. Por una parte el problema es económico, pero el reto más importante es cómo hacer de la tecnología algo propio para el comunicador indígena.
Sobre el problema económico para el equipamiento y acceso a la tecnología se advirtió sobre el riesgo del financiamiento exterior como una nueva forma de dominación y de control a las distintas formas de resistencia indígena, sobre la necesidad de diversificar las fuentes de financiamiento y sobre tratar de mantener la autonomía y la independencia de los medios de cualquier influencia o manipulación externa a las luchas y defensa de derechos de los pueblos indígenas.
Sobre la forma de hacer propia la tecnología, la incorporación de toda esta tecnología al mundo espiritual es a través de adoptarla, “celebrarla un día del año para acordarnos de ella no como un objeto sino como parte de uno y así hacerlo parte de nuestra cultura” es una forma que el Aymara lo resuelve afirma Dennys Ramos Huanca.
La frontera de las ideas para hacer traducción y difusión en el mundo del Abya Yala, no debe verse como un límite sino como una obligación de los comunicadores, afirma Tupac Enrique, azteca-nahua de Arizona, que analiza cómo hemos venido aprendiendo la tecnología como una herramienta simbólica nueva pero que no debe quedarse como algo ajeno al indígena sino someterse al mundo espiritual que lo guía.
También se analizó el papel de la educación que se ha impartido a los pueblos indígenas y que ha venido de afuera; esta educación acabó con todas esas particularidades que son propias a la comunicación propia, señalaron los ponentes. “Hemos perdido la capacidad de hacer las lecturas simbólicas de la naturaleza” señala Joaquín Viluche Chocué, Nasa de Colombia, quien presenta un complejo panorama de estructura de la naturaleza, en 169 estadios, que influyen sobre el pensamiento indígena de su territorio. La naturaleza nos leería y nosotros leeríamos a la naturaleza si usamos los siete sentidos que se tienen para comunicarse con la naturaleza, afirmó y manifestó su preocupación de que la educación convierta a los indígenas y a sus pueblos en objetos por ese uso inadecuado de la tecnología; “Siendo pensantes cualquier tecnología es sólo un medio, un instrumento al servicio de lo que somos”, dijo.
viernes, 12 de noviembre de 2010
COLOMBIA: La Comunicación como estrategia de vida: Un Compromiso de Comunicadores Indígenas
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